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La colosal batalla entre Cristo y Satanás está cerca de finalizar, y el enemigo redobla sus acciones para destruir la misión de Jesús en ayuda del pecador. Su objetivo es conservar a la gente en la tinieblas y la falta de arrepentimiento hasta que finalice la mediación del Mesías. Cuando la indiferencia domina en la comunidad de fe, el diablo no se alarma. Pero cuando las personas claman: "¿Qué hago para ser salvo?", él está en el terreno para oponer su fuerza a Jesús y neutralizar la acción del Consolador.
En una instancia, cuando los seres divinos se presentaron a comparecer ante el Señor, Satanás llegó también entre ellos, no para inclinarse ante el Rey Eterno, sino para tramar sus perversos intenciones contra los redimidos. Véase Job 1:6. Está activo cuando los seres humanos se reúnen para el culto, trabajando con diligencia para manipular las conciencias de los asistentes. Cuando ve al mensajero de el Señor examinando las Escrituras, observa del asunto que se va a presentar. Entonces emplea su engaño y habilidad para que el contenido no alcance a aquellos a quienes está engañando precisamente en ese momento. El que más precisa la alerta será presionado a alguna transacción económica o por algún otro pretexto se le impedirá escuchar la palabra.
El adversario contempla a los mensajeros del Creador agobiados a causa de la tiniebla que rodea al pueblo. Él atiende sus oraciones por la misericordia de lo alto y el espíritu para romper el poder de la indiferencia y la indolencia. Luego, con nuevo celo, provoca a los seres humanos a la satisfacción del deseo o la vanidad, y así adormece sus sensibilidades para que no entiendan las cosas que más deben aprender.
Satanás conoce que todos los que ignoran la oración y las Santas Escrituras serán conquistados por sus embates. Por lo tanto, inventa todos los recursos posibles para absorber la voluntad. Sus ayudantes de la cercanía siempre están vigilantes cuando Dios está obrando. Presentarán a los más sinceros y entregados obreros de Cristo como engañados o hipócritas. Su trabajo consiste en distorsionar los intenciones de toda obra piadosa, hacer circular sospechas y provocar dudas en la mente de los inexpertos. Pero se puede discernir fácilmente de quién son seguidores, cuyo ejemplo imitan y cuya misión realizan. "Sus frutos los delatarán". Mateo 7:16; véase también Revelación 12:10.
